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El embajador de España en Venezuela, Ramón Santos, llega a la cancillería. Reunión y comunicado del ministro de Exteriores: que no permitirán ninguna injerencia, que defenderán su soberanía. Y ahí frena, de momento, la escalada diplomática, también en el plano empresarial, al menos, en el negocio del petróleo. Como la música de fondo que han puesto en el vídeo, tono conciliador de la vicepresidenta Delcy Rodríguez que convocaba, éste es el encuentro, a Repsol. "Que Venezuela sigue avanzando en cooperación y alianzas con empresas que confían e invierten en sus reservas", indicaba en un comunicado. El régimen bolivariano pone su foco ahora en Estados Unidos. Maduro ha condecorado a los cargos sancionados por Washington, que "sus sanciones son condecoraciones en el alma de los patriotas que aman a Venezuela y que jamás se van a rendir ante ningún chantaje", sentenciaba el presidente venezolano. Sancionados, sus funcionarios, por violación de derechos humanos, por obstaculizar el proceso electoral. Y en ese punto el PP insiste en que el gobierno de España debe reconocer a Edmundo González como presidente electo, decir alto y claro que es una dictadura. "A nuestras empresas e intereses económicos y sociales sólo les irá bien en Venezuela si hay democracia", decía la secretaria general de los populares, Cuca Gamarra, que la democracia ni es negocio ni se negocia con ella.

-Redacción-