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El submarino se ha partido en dos cuando estaba siendo remolcado por el pesquero María Cristina con el que tropezó en el mar. Lo encontraron semihundido a propósito, con los grifos abiertos. Lo hacen para hundirlo y borrar huellas después de trasvasar la droga. Los expertos creen que no ha pasado mucho tiempo y que transportaba unos 3.000 kilos de cocaína. Se calculan menos de 24 horas para el trasvase y se investiga si una narcolancha recogió el alijo y lo desembarcó en una playa de Muxía. Este ha usado la ruta gallega. El año pasado interceptaron otro muy parecido de 20 metros de eslora, con camuflaje azul en otra ruta, la del sur. Un punto caliente del Atlántico donde las narcolanchas que parten del Estrecho recogen droga. Los colombianos lo hundieron, abriendo los grifos y se salvaron. En 2023 llegó otro narcosubmarino a la ría de Arousa con 3.000 kilos de cocaína que también fueron introducidos. El hundimiento fue provocado para borrar huellas y también lo divisó un pescador. En este, interceptado en la ría de Aldán, sí encontraron los 3.000 kilos de cocaína y detuvieron a los narcos. El rastro que dejaron dentro llevó a los narcoconstructores, que fabrican por un millón de euros las naves en los astilleros del Amazonas. Los llevan al mar por la desembocadura y en el Pacífico los cargan de cocaína rumbo a España.

-Redacción-